Barrio Santiago Lucena

Arrabal medieval de Elí Hossana

Desde la singular calle Flores nos adentramos en el barrio de Santiago, uno de los más antiguos y tradicionales de la ciudad, donde se encuentra la Parroquia de Santiago. Muy cerca se encuentra el Llano de las Tinajerías, dónde se concentraban la mayoría de las alfarerías y tinajerías locales, quedando en la actualidad alguna que se puede visitar.

Primeras referencias históricas sobre el Barrio de Santiago

Abū Abd Allāh Muhammad Al-Idrīsī

El geógrafo árabe Al-Idrisi (أبو عبد اللّه محمد الإدريسي) (1100-1165) escribió:


“Entre el sur y el oeste (de Cabra) está Lucena, la ciudad de los judíos. El arrabal está habitado por musulmanes y algunos judíos; en él se encuentra la mezquita, pero no está rodeado de murallas. La villa, por el contrario, está ceñida de buenas murallas, rodeadas por todas partes de un foso profundo y por canales cuyos excedentes de agua vierten en ese foso. Los judíos viven en el interior de la villa y no dejan penetrar en ella a los musulmanes. Son allí los judíos más ricos que en ningún país sometido a la dominación musulmana, y están muy sobre aviso de las empresas de sus rivales”.


Al-Idrisi fue el principal geógrafo medieval, y recopiló una cantidad de información geográfica incomparable.

Maqueta de Lucena Medieval

Yosef Ibn Meir Ha-Levi Ibn Megas

En la plaza o llanete de Santiago se encuentra la escultura homenaje a uno de los rabí más importantes de la antigua Perla de Sefarad, la ciudad de los judíos, el busto de Yosef Ibn Meir Ha-Levi Ibn Megas

Yosef Ibn Meir Ha-Levi Ibn Megas (יוסף בן מאיר הלוי אבן מיגאש) (1077-1141)

Nació en Sevilla (hay quien dice que en Granada) y se trasladó a Lucena a la edad de 12 años para estudiar bajo la dirección del renombrado talmudista Isaac Al-Fasi durante catorce años. La antigua escuela talmúdica de Eliossana estuvo a su cargo a principios del siglo XII, y entre los acontecimientos que le tocó vivir destaca el pago que tuvo que realizar como rescate de la comunidad hebraica ante la presión de los almorávides en el 1106. Es autor de unas doscientas Responsa, (She'elot uTeshuvot Ri Migash), originalmente en árabe, muchas de las cuales son citadas en la obra de Bezalel Ashkenazi Shittah Mekubetzet.

Sobre la personalidad se conocen escasos datos, pero se sabe que contó con discípulos, entre ellos el padre de Maimónides, Maymun. El propio Maimónides en uno de sus capítulos de sus Ketubot y en comentario en el tratado de erobin, habla de la gran sabiduría e inteligencia de Ibn Megas.

Su labor en la academia lucentina terminó 1141 y sus descendientes fueron testigos del final de la comunidad judía lucentina, ya que en el 1148 los almohades expulsaron a dicha comunidad.

Fuente: redjuderias.org

Lápida del Rabí Amicos

La lápida de Rabí Amicos es una evidencia de que la ciudad de Lucena fue refugio de judíos no sólo de Córdoba y más tarde Granada, sino también de otros lugares. La lápida apareció en 1958 en el número dos de la calle Santiago, en la remodelación del muro de una casa.

El profesor Cantera Burgos remonta su tipo de escritura al siglo XI, y afirma que la inscripción está dedicada a un maestro hebreo del norte de España emigrado a Lucena donde falleció. El profesor Jordi Casanovas basándose en la tipología de letra adelanta la cronología de la lápida a los siglos IX y X.

Actualmente se expone una reproducción en la sala judía del Museo Arqueológico en el Castillo del Moral.

La inscripción de una de sus caras aparece inacabada, mientras que en el anverso sí se lee una leyenda de temática funeraria, con la siguiente traducción:

“Rabí Amicos

duerma en paz y descanse

en paz hasta que venga el consolador,

pregonero de paz en la puerta de

Salem, albriciador de paz,

y dígasele: sea su morada

Paz.”

Fuente: redjuderias.org

Parroquia de Santiago Apóstol

Por encima de la errónea tradición que considera este templo como antigua sinagoga judía, idea a la que no responde ni su estilo ni su ubicación fuera del recinto amurallado que fue de la Lucena judaica, lo fehaciente es que entorno a 1503 el Comendador de la Orden de Santiago, Garcí Méndez de Sotomayor, tío del entonces señor de Lucena D. Diego Fernández de Córdova, I Marqués de Comares, fundaba la iglesia de Santiago; así lo certifica en su testamento, otorgado en Córdoba el 2 de Septiembre de 1506: "fundé, edifiqué a mis propias expensas e gastos la dicha iglesia de Santiago, dentro de la dicha villa de Lucena".

Ya en julio de 1505 Alonso Garcí, jurado, ante el Escribano público Pedro de Alcántara, mandaba a esta iglesia cinco maravedíes, en tanto que el 1 de Octubre de 1504, el Papa Julio II en bula "Ex injuncto Nobis" se hace eco de los seis beneficios perpetuos con que el Comendador pretendía dotarla. Templo exento en la antigüedad, como lo testimonia una puerta adintelada, hoy tapiada en la nave del Evangelio, fue hasta su constitución en parroquia en 1891, iglesia auxiliar de la parroquia de San Mateo. El mudejarismo de su estilo quedó completamente enmascarado con las grandes reformas que sufrió su estructura, bastante resentido a causa del gran terremoto de 1755.

Fecha de la restauración inscrita en uno de sus sillares: 1758

De este modo, se eliminó a finales del siglo XVIII el campanario, probablemente una espadaña, que se alzaba en el vértice de la fachada, para levantar la airosa espadaña angular que hoy ostenta, adosada al muro de la nave de la epístola, a la altura de la cabecera del templo. Igualmente, se realizaron obras en esta nave, probablemente hundida por el seísmo de Lisboa de 1755, de lo que da fe una fecha inscrita en uno de sus sillares: 1758.

Al mismo tiempo que se elevaron las naves laterales, los arcos apuntados que entandas de cinco las separan fueron rebajados para convertirlos en medios puntos, al tiempo que se ocultaba el artesonado con una bóveda de cañón con lunetos cuyo peso modificó, como puede verse en la actualidad, la verticalidad de algunas de las columnas. La iglesia de Santiago es de planta rectangular, dividida entres naves por serie y pilares octogonales que soportan arcos de ladrillo, apuntados con alfiz. Las tres naves se cubren con artesonado reconstruido siguiendo el antiguo. La capilla se halla cubierta por una sencilla cúpula semiesférica sobre pechinas, carente de cualquier motivo decorativo. La cabecera de la capilla está ocupada por un retablo, adscribidle al último barroco lucentino, cuya hornacina-camarín, ocupada por el titular del templo, genera exteriormente un pequeño ábside construido posiblemente a finales del siglo XVIII. Añadido semejante presenta la capilla mayor de la nave central del Evangelio, con media naranja que cubre la capilla de Nuestra Señora de la Soledad. Hoy, decorada en armonía con el estilo mudéjar del resto del templo, se venera en ella el Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Esperanza. Estas dos capillas laterales se cierran con artísticas verjas de forja encargadas por la cofradía de la Soledad a Juan de Gálvez en 1744. Su fachada principal queda condicionada por las dos aguas del tejado y por los contrafuertes que retienen los empujes de las tandas de arcos interiores. Centrada en esta fachada y entre los mencionados contrafuertes se ubica la portada principal, cuyo ingreso, con arco muy rebajado, decorado con veneras, presenta jambas constituidas por pilares compuestos y adosados. Flanqueando las jambas, sendos pináculos cuyo primer tramo está formado por una a modo de pilastra estriada, ascienden adosados al paramento. Existe constancia de que la imagen de Santiago de esta portada tiene en su pedestal la fecha 1652, en coincidencia con el blasón de los duques de Medinaceli, patronos de los templos lucentinos.

En el lado de la Epístola se abre una entrada a la que recientemente se ha colocado una hermosa portada procedente de la desaparecida ermita de Nuestra Señora de la O. Elaborada en piedra blanca consta de dos cuerpos, en el primera la puerta, de medio punto. Sobre un estrecho arquitrabe, un friso ostenta triglifos alternados con cartelas circulares o romboidales con motivos marianos. El segundo cuerpo se centra en una hornacina que cobija una hermosa imagen piedra de Nuestra Señora de la Expectación, sobre un pedestal con la fecha 1653. Se remata el conjunto con un frontón curvo, con volutas y cruz en el centro sobre un pedestal con una maría. Muy interesante es la espadaña angular de tres cuerpos adosada a la cabecera de esta iglesia. Construida de ladrillo, se levanta sobre un zócalo elevado de grandes sillares, presentado en su primer cuerpo pares de pilastras de orden toscano, sustentado arquitrabe, friso decorado con triglifos y cornisa. El segundo cuerpo ostenta un vano rematado en medio punto para cada cara de la espadaña, en cada uno de cuyos lados aparecen capiteles jónicos. El tercer cuerpo, achaflanado en el ángulo y sensiblemente más estrecho que los inferiores, muestra un único hueco para campanas en el chaflán. Con toda seguridad se construyó en la última década del siglo XVIII, en la que la influencia del Neoclasicismo se hacía patente en las construcciones lucentinas. El Retablo Mayor está pintado y dorado. Constituido por dos cuerpos, el segundo es de medio punto, dividido en tres calles por columnas de fustes lisos con capitel.

En esta iglesia reciben culto imágenes muy importantes en la Semana Santa de Lucena como son: Jesús Amarrado a la Columna y María Santísima de la Esperanza, Jesús caído y María Santísima de la Salud y María Santísima de la Soledad.

Azulejo de María Santísima de Araceli colocado para recordar su estancia en la parroquia durante un tiempo.

María Santísima de Araceli preside el altar de la Parroquia de Santiago en su visita el 25.04.2012

María Santísima de Araceli preside el altar de la Parroquia de Santiago en su visita el 25.04.2012

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